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La Bella Cubana. Danzón + Historia del Danzón.

El nombre de este género musical no es más que el aumentativo de danza, aquel baile colectivo de figuras. En la segunda mitad del siglo XIX la danza criolla estaba muy de moda; se cristalizó entre fines del siglo XIX y principios del XX. En Cuba se interpreta
con mayoría de instrumentos de viento, con piano, flauta, violines y percusión cubana. En México se agregaron saxofones a las orquestas de danzón - denominadas danzoneras -, y también el género es interpretado por mariachis y marimbas.

Se derivó como resultado de la transculturación de la danza y contradanza europea que llegó a fines del siglo XVIII por vía de las cortes españolas, las migraciones de franceses y de Haití, que incluían negros y mulatos. Estos bailes de salón recibieron las influencias mestizas para crear un son criollo. Estos bailes se asentaron en la isla caribeña hasta que se convirtieron en la danza y contradanza cubanas. Aunque mantenían el influjo afro en su ritmo, ahora poseían una mayor libertad expresiva que permitía a la pareja enlazarse con más sensualismo. La danza aumentó sus partes formativas y extendió su tiempo bailable, por lo que se le empezó a llamar danzón.sus instrumentos del danzón en México son el piano,trombón,trompeta,clarinete,saxofón,flauta,timbales guiro,claves su popuralidad 1900-1940su fecha de origen segunda mitad del siglo xix en cuba.

El primer danzón conocido, titulado "Las Alturas de Simpson" se escuchó por vez primera el 1 de enero de 1879 en el Liceo de Matanzas. Lo interpretaba una "orquesta típica" de viento, que contaba con cornetín, un trombón de pistones, un figle, dos clarinetes en DO, dos violines, un contrabajo, dos timbales y un güiro criollo. Dicha orquesta estaba dirigida por Miguel Faílde que era el autor del pupu.

El danzón de Faílde se conforma de tres partes de 16 compases, que se denominan: Introducción, parte o trío de clarinete y trío de metales. Interpretado por la llamada "orquesta típica" (mencionada anteriormente) aunque años después se interpretó también con la orquesta llamada "charanga francesa".

El Danzón se bailaba en parejas, hasta número de veinte, provistas de arcos y flores, quienes ejecutaban piezas de cuadro, figuras y pasos con movimientos ajustados al compás de la Habanera, en compás 2/4. En épocas posteriores se usaron abanicos con mucha más frecuencia por las damas.

El Danzón llegó a ser más variado que la Danza; instrumentos específicos protagonizarían cada parte particular en la concepción melódica constituyendo un elemento distintivo de este género lo que se conocería como: parte del violín, parte de la flauta, parte del clarinete según la función e intervención de cada uno.

La base sonora del ritmo está en la utilización del piano. Presentes el contrabajo de tres cuerdas, flauta antigua de cinco llaves, violines primero y segundo, dos timbales, güiro, trombón, claves, con el clarinete o flauta como instrumento relevante. Los instrumentos mencionados constituían la típica orquesta de Danzón. (Sustituida por una Charanga Francesa cuando las condiciones del local requerían de sonoridades moderadas). Una de las figuras cimeras de este género fue Antonio María Romeu, cuyos danzones "El barbero de Sevilla", "La sabrosura", "Tres Lindas Cubanas", por sólo mencionar algunos, fueron de gran éxito entre 1905 y 1940.

El nuevo ritmo produjo en los bailadores un sorprendente impacto. Las alturas de Simpson fue uno de los danzones más escuchados. En las noches se veían obligados los músicos a repetirla a petición de los danzantes.

En la primera y segunda década del siglo XX el danzón comenzó a perfilar su forma definitiva e incorporar elementos de otros ritmos y géneros cubanos, principalmente del son. El musicólogo Helio Orovio en uno de sus textos nos dice que "En el 1910, José Urfé, compositor, director y clarinetista, revoluciona el danzón cubano al insertar, en su parte final, un montuno de son al estilo de los figurados de los treseros orientales". Este danzón fue titulado "El bombín de Barreto".

Surgieron creadores como Raimundo Valenzuela, Enrique Peña, Chencho Cruz, Corbacho, Felipe Valdés, Antonio María Romeu, Eliseo Grenet, Ricardo Reverón y Pablo O'Farrill, que con sus aportes mejoraron el aspecto interpretativo.

Comenzando el segundo cuarto del siglo XX, se desarrollaron en Cuba excelentes orquestas en la interpretación de danzones como la de Antonio María Romeu, en la que tuvo una destacada participación como cantante Barbarito Díez.

Fuera de alguna innovación de tipo instrumental el danzón no sufrió alteraciones hasta que el matancero Aniceto Díaz mezcló varios elementos del mismo con otros del son y creó su danzonete en 1929.

Siguiendo con la influencia del son, Orestes López, contrabajista de la orquesta "Arcaño y sus Maravillas", crea su "Danzón Mambo" en 1939 al que le incorporó al final del danzón un motivo sincopado como el del "Tres" en el son dando origen a un nuevo estilo rítmico en el danzón que alcanza su mejor definición en el mambo, de Peréz Prado y el cha-cha-chá de Enrique Jorrín.

El son montuno, ritmo que surge en la zona oriental de Cuba y que sustituyó paulatinamente la popularidad del danzón entre los bailadores, generó tal aceptación al llegar en la primera década del siglo XX a La Habana que con los años se convirtió en el género musical cubano más influyente de ese siglo en el ámbito nacional e internacional, dejando al danzón y su baile como "mUúsica del pasado".

Con el surgimiento del danzonete, el cha-cha-chá y el mambo, el danzón entró en decadencia. Su posición como baile nacional fue mantenida por varios años, cediendo, por los años '20, terreno al Son oriental como baile más popular.

Fuente: Wikipedia y Producciones del Mar
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